Me pasó con "María" que olvidé la ópera, ausente en la película, y me sumergí en el dolor, la orfandad y el olvido que sí encontré en ella.
Despojado de prejuicio, intenté mirarla hasta alcanzar su grado máximo de intensidad, que lo tiene y mucho, como muchos son los momentos de rigidez en el personaje y la caracterización, que no desmerecen en absoluto el gran trabajo de la actriz protagonista. Ella logra, en varios momentos, acompañar al público por el camino gris del desamparo, la eterna tristeza y la unánime debilidad presente en todo el filme.
Gracias al conocimiento que uno lleva adquirido de escuchar, ver y apreciar a Callas, es posible conmoverse con "María," que intenta, en el personaje, autoconvocarse y provocarse el fallo también unánime de su propia ovación, de su arte ambivalente, carente de público y de tiempo, que lo ha consumido todo, inclusive a ella misma.
Me gustó "María." Al culminar, deja un desprotegido sentimiento de fatalidad, sin llegar a provocar, en quien conoce algo de ópera, lo que produce el "Con onor muore chi non può serbar vita con onore" de Madama Butterfly.
María Callas protegía a los autores a quienes, según ella misma afirmaba —como lo corroboran las múltiples entrevistas que se conservan—, estaba a su servicio. Y en esa ardua tarea intentaba sanar o encontrar su propia protección, buscando rescatar una seguridad de la que carecía.
"María," la película —valga la aclaración—, no habla de ópera, ni de arte, ni de autores. Ni siquiera elige apoyarse en otros artistas para transitar su camino. En cambio, recorre un oscuro sendero de autocompasión que la conduce al sacrificio final, inevitable y heroico, propio del drama griego. El telón cae pesadamente sobre el público, y esta vez, de forma unánime, sobreviene un silencio irreparable.
La actriz se compromete y, en su compromiso, transita ese camino ambiguo: a veces va sola, pero la mayor parte del tiempo está rígidamente tutelada por el director y obsesivamente vigilada por el texto, la historia, el archivo permanente y la constante presencia de MARÍA CALLAS, LA ARTISTA UNÁNIME. Sin embargo, Angelina Jolie logra, sabiamente, encontrar su trabajo personal y poner luz sobre una historia oscura, poniéndose esta vez sí al servicio de una Callas que la observa agudamente en tres escenas que, según mi criterio, son las mejor logradas de toda la película. Tres dúos, casi en simultáneo, permiten a la actriz posicionarse frente a la cámara dándolo todo de sí, como solo lo saben hacer las grandes estrellas de cine.
Puntuar "María" sería injusto. Hay seres iluminados, obras eternas y voces inmortales que no admiten puntuación alguna.
Buscar en "María" la ópera o música de ópera no es necesariamente lo que propone este filme.
Verla y disfrutarla es casi un mandato para un buen melómano, porque la curiosidad es el germen de toda perfección, y es lo que buscamos cuando las luces se atenúan al comenzar la obra.
Solamente queda valorar esta gran película con un ¡BRAVO!
María VIVE.
Ficha Técnica:
Dirección: Pablo Larraín
Producción: Jonas Dornbach Janine Jackowski Juan de Dios Larrraín Lorenzo Mieli
Guion: Steven Knight
Fotografía: Edward Lachman
Montaje: Sofía Subercaseaux
Protagonistas Angelina Jolie - Valeria Golino - Haluk Bilginer