23 ago 2014

Mi agosto del 2014 con la emoción y la música por todos lados


Este mes de agosto fue un  Ferragosto argentino musical ( Feriae Augusti -vacaciones de Augusto- que fue una festividad instituida por el emperador Augusto en el año 18 a.C.).
Me llevo al Colón varias veces, me dejo la envidia de muchos otras tantas, y me dí el placer enorme de compartir con gente querida mi gusto por la música.






No puedo decir muchas cosas, solamente que disfrute de Barenboim, de su orquestaWest-Eastern Divan Orchestra, y de Joyce DiDonato.

No pude asistir al duo de Barenboim y Marta Argerich porque no tuve entradas, de ahí que empecé diciendo que agosto me dejo también la envidia de muchos...






Fui al teatro varias veces.

Supe esperar con ansiedad mi primera función del Tristan Isolda en Concierto con los mostruos sagrados que anhelaba escuchar en el Teatro Colón, Peter Seiffert, Ekaterina Gubanova, Waltraud Meier, Rene Pape, Gustavo Lopez Manzitti,  dirigidos todos por  Daniel Barenboim y la West-East Divan Orchestra.




Y otra vez asistí  sin entradas a acompañar a mi hermano y me dio ganas de quedarme, porque en cuanto llegue al teatro me entró a sonar Wagner en el oido. Y como el  destino es unánime frente al deseo me hizo conseguir una y disfrute dos veces el Tristan e Isolda en concierto.




Barenboim por sí solo no me apasiona, pero reconozco su lucidez, su pasión y su arte,  me apasiona su forma de encarar la música; me apasionan  los músicos, me apasiona el sonido, me envuelve. Me apasiona el teatro, me acobija, me lleva  ahí donde hubiera querido estar siempre desde chico pero no se dio.



Joyce DiDonato me dió, como me dieron en México Jessye Norman y Sondra Radvanovsky, el enorme placer de escuchar una grande voce, de escuchar verdadera música, de ver una gran artista en su arte, en su entrega, en su carisma, en su sensibilidad, en presentaciones de lujo extremo, esos son los lujos que me gustan (aparte del deseo de tener una Land Rover verde con techo blanco).





Me encantó y emociono ver al Colón a pleno, todavía me acuerdo cuando llegaba a la esquina de la boletaría y me daba vergüenza sacar una entrada, pero ....como me dice siempre Borges al oído "algo parecido a la felicidad sucedió una mañana" un día me anime, y ya no pude dejar de asistir y me convertí en uno más, y le pedí todo al Colón y el Colón me lo dio todo, todo absolutamente, a veces con dolor otra veces con alegría, pero me lo dio y me lo sigue dando y se convirtió no en mi segunda casa, se convirtió también en ese "lugar donde el silencio carece de nombre".


Este agosto me trajo innumerables sensaciones, de recuerdos, de un llanto quebrado que supe discernir para poder llorarlo bien y disfrutar de lo que más me gusta, la música.
Para no mezclarlo con ese llanto antiguo que debe pasar y se debe ir sin más.












Un agosto musical que quedará en mi recuerdo más preciado. Qué más agregar? Nada más, creo que dije todo lo que quería decir, porque agosto no fue un mes de decir cosas fue un mes de escuchar y disfrutar.




Ojalá tenga muchos más agostos y muchos más nuevos meses como este. Ojalá! es una frase del Papa Francisco que se la oí decir y me la apoderé.
Ojalá!


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Fotos: Arnoldo Colombari, Liliana Morsia, Facebook oficial Teatro Colón https://www.facebook.com/TeatroColonOficial?fref=photo y producción propia.