A mis 51 años comprendí un valor, un sentimiento, una emoción que yo no había experimentado.
Claro el futbol no es mi pasión.
Pero en este mundial me apoderé de esa pasión. La hice mía de la misma manera que hago mía a mi patria todos los días.
Hoy comprendí un un slogan "pecho frío" que antes no entendía, ahora voy a saber
identificar un pecho frió. Me alegro por ello.
Un mundial se siente o no siente. No hay sentimiento a medias.
Uno no es argentino a medias. Uno ES ARGENTINO SIEMPRE.
Se nace y se muere argentino, mal que te pese, lo disfrutes o no.
Aprendí que puedo tener otros ídolos, otros referentes que me elevan, que me tiran para arriba
y me avanza la idea de ser mejor todos los días.
Yo grité, vociferé, putee, me emocioné, lloré, me puse nervioso y COMPARTÍ esta emoción con la gente que tengo más cerca: mi familia y mis compañeros de trabajo: ambos son los amigos
que tengo LOS AMIGOS DE TODOS LOS DÍAS.
Hoy comprendí un sentimiento.
No me voy a olvidar nunca más de la emoción de todos estos días.
Ahora empieza una nueva etapa, la del devenir cotidiano, como leí por ahí esto no nos cambia nada, nos hace más felices o mas tristes, pero pasa y
y nos levantamos y seguimos andando.
Estoy contento viví a pleno todo como me gusta vivir las cosas.
Como digo siempre, nunca me siento a mirar la vida a través de la ventana,
me gusta que la vida me atraviese.
Hoy el fútbol me atravesó completo y me enseñó a sentir y a comprender un sentimiento.
No me voy a olvidar nunca más de la emoción de todos estos días.
Buenos Aires, 13 de julio 2014. JIF
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