27 oct 2009

AIDA - VERDI en Auditorio Nacional en vivo desde el Met de Nueva York, Sábado 24 de octubre 2009. TRES PESOS PESADOS EN EL ESCENARIO DEL METROPOLITAN

TRES PESOS PESADOS EN EL ESCENARIO DEL METROPOLITAN DE NUEVA YORK en esta nueva edición de AIDA de Giuseppe Verdi .

El pasado sabado nuevamente en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México y en directo desde el Met disfrutamos de una estupenda Aida.

Con la excelente orquesta y coro del Met dirigida por Daniele Gatti, los roles protagónicos de esta monumental obra del maestro Verdi estuvieron a cargo esta vez de Violeta Urmana, Soprano en el rol de Aida; Dolora Zjick, Mezzo-soprano en el rol de Amneris, Johan Botha, Tenor en el rol de Radamés; Carlo Guelfi, Baritono como Amonasro; Roberto Scandiuzzi, Bajo en Ramfis y como el Rey Stefan Kocán, Bajo.

La Obra:

Aida es la Gran Opera, el gran espectáculo que todo escenario lírico desea presentar con todo su brillo y todo su esplendor, en donde el derroche de ese brillo, color, distinción en los vestuarios y perfección escénica no debe escatimarse para que Aida sea exactamente esa función que todos esperamos. Esto es lo que enhorabuena nos presenta el Metropolitan en cuanto a la manifestación visual de esta joya de la lírica mundial. La magnificencia de cada escena, la escenografía monumental, la perfección de los más finos detalles, los decorados y vestuarios acorde a cada situación nos remontan al Egipto milenario en donde se ubica la historia. Impecable la puesta desde este punto de vista. Quién otro sino el Metropolitan tiene hoy por hoy los recursos necesarios para ofrecer un espectáculo de esta categoria.

Los personajes y cantantes:

Radamés, el guerrero egipcio triunfador, amante y víctima de su destino encuentra en J. Botha un correcto tenor que lo interpreta. Bien sabido es que a los cuatro o cinco minutos de comenzada la obra Verdi le impone al tenor el desafío de arrancar casi en frio su gran aria "Celeste Aida" que arranca con ese deseo patriotico impuesto por el gran maestro "Se quel guerrier io fossi! ". Botha acepta el desafío y sale adelante sin lucirse pero tampoco sin desmerecer en nada su línea de canto y la esencia de tan contundente escena. La tiranía del recuerdo de las grandes "Celeste Aida" que permanece en nuestros oídos nos juega, a veces, en contra pero hay que ser honestos y contestes con los tiempos que corren estos son los Radames que hoy escuchamos y así debemos aceptarlos. A partir de su gran aria Johan Botha irá construyendo un Radames de estilo tradicional con economía de recursos en lo gestual y casi diría cantado a la antigua, plantado en el escenario y simplemente cantando. Su voz se jerarquiza en los tríos con Amneris y Aida, y los duos del acto tercero y acto cuarto con Aida son de una verdadera nobleza. Botha incializa un elenco parejo en los que en esta representación ningún interprete sobrepasa al otro y todos recrean momentos de gran arte y calidad vocal.

Amneris, siempre he sostenido que esta opera debería haberse llamado así: AMNERIS, sólo por un gusto personal con este personaje y su participación casi permanente en toda la obra. Veo a Amneris como una verdadera princesa egipcia que primero de todo ha sido preparada para gobernar algun día como reyna de Egipto y luego es conciente de lo que significa el linaje que el destino le ha impuesto. Conoce el lugar que ocupa en el mundo y se mueve dentro de él en la forma que debe hacerlo, pero ello no le quita lo principal, ser una mujer de una exquisita sensibilidad, dulzura e inteligencia que se ha enamorado del hombre correcto aunque ese amor no sea correspondido y por eso debe sufrir y aceptar las consecuencia. Así las cosas el telón del Metropolitan se levanta y nos encontramos con una Amaneris de hielo, filosa, orgullosa, incisiva, más cerca de la Turandot que viene el sabado 7 de noviembre que la Amneris que yo -tal vez erroneamente- idealizo. Dolora Zajick le impone una rigurosidad y dureza a su personaje que le va de maravilla con su notable y grande voce. Está Amneris no se anduvo con pequeñeces y logra un desarrollo estelar del gran personaje que Amneris representa. Sabe que ama a Radamés, es un amor racional, ama como una princesa debe hacerlo, es decir ama politicamente. Odia a Aida, un odio evidente porque puede odiar y porque tiene poder para fustigar a su esclava y no escatima recursos para establecer paralelamente un amor de hielo y un odio de acero con ambos personajes. Finalmente debe perdonar, aceptar y pedir paz, tres acciones que seguramente alcanza haciendo uso del mismo recurso con que ama a su incorrespondido Radamés, su propia razón de reina de Egypto. Dolora Zajick impresiona, a mi criterio, a partir de la segunda escena del primer acto, en donde desde sus aposentos encontramos a la mujer, a la mujer princesa "Ah! vieni, vieni amor mio, m'inebria,fammi beato il cor!" para luego dar lugar a la batalla por el amor con Aida y doblegar a su esclava "Silenzio! Aida verso noi s'avanza. ":
Magnífico duo con su colega lituana, que nos prepara para esta Amneris, verdadera dama de hierro, que casualmente, en el entreacto esta Mezzo soprano fue entrevistada por Renée Fleming y en las pocas respuestas cortantes y rigurosas de Dolora Zajick podemos saber de dónde nace este personaje con tan filosas e interesantes aristas. Inmejorable en la totalidad de la primera escena del acto cuarto durante el juicio a Radames, virtuosismo vocal y dureza de caracter y una emoción y dolor contenida porque puede más la razón del noble linaje -quiero creer- porque no hay que olvidar que frente a los odiados sacerdotes que condenan a Radamés, es precisamente Amneris la princesa y la mujer amante no correspondida la que implora piedad para su amado. Pero claro Dolora Zajick compone una Amneris, que no precisamente implora a los sacerdotes, sino que les ordena, sabiendose claro esta en la situaciòn politica para hacerlo. En fín ... Ese desgarrado dolor es el que no estuvo presente esta vez en la escena. Aclarado el punto se reconoce el virtuosismo de esta gran Mezzo soprano: Brava Dolora! una verdadera recración aunque haya faltado cierta cuota de dulzura en su composición.

Aida, Violeta Urmana es sin duda alguna una singular cantante, dotada de una gran gran voz y de multiples recursos. A eso le sumamos una figura imponente y rostro de singular tambien belleza. Su Aida es contenida, demasiado interna o introspectiva. En su primera y muy difícil aria del primer acto "Ritorna vincitor! E dal mio labbro uscì l'empia parola! " sale airosa y es recompensada por el público que le reconoce su acierto. Impecable en cada dueto y terceto paralelamente con Ramadames y Ameneris y bien plantada en las escenas de conjunto principalmente en la gran escena del acto segundo en donde el ejercito marcha triunfal ante el pueblo egypcio. Considero que la interpretación de Violeta Urmana en el acto tercero en la escena con Amonasro en donde debe definir su rol de amante e hija y desdoblar su amor al amante y a su patria, fue sencillamente emocionante. La atmosfera alcanzada y el rigor musical de la orquesta del Met propuesto por el maestro Gatti, le otorgaron a toda esta maravillosa escena un significado superlativo para que esta inmejorable soprano demostrara sus dotes de gran cantante. Desde el inicio de la escena "Qui Radamès verrà! Che vorrà dirmi? Io tremo! " y luego en la conocida y esperada "Oh patria! Oh patria, quanto mi costi! " frase emocionante pronunciada con un hondo dolor a su padre Amonasro, nos permitió gozar de la verdadera grandeza de esta joya surgida de la mano del inmortal maestro Verdi. Un placer todo el duo con Amonasro y final en duo con Johan Botha como Radamés. Sí cabría hacer mención al sonido de los agudos de Urmana, particularmente no son de mi agrado, si bien nos encontramos frente a una gran y acaudalada voz, al momento de los agudos hay algo que rompe con el encanto de la media voz y sus aterciopleados graves que, seguramente, tanta belleza en esos tramos de su registro provengan de su desempeño como Mezzo Soprano. Pero en los agudos, ahí pasa algo en el timbre no sé , personalmente no me agradan y tampoco me resultan sus pianisimos tan necesarios en la escena en comentario. Pero de gustos personales no se compone una gran Opera como Aida y esta Aida de Violeta Urmana merece una gran ovación por su coraje, por su decisión y por su belleza. La uniformidad en cuanto a calidad de voces de los tres roles principales es lo que dan lugar un espectáculo de jerarquia.

Amonasro, interpetado por Carlo Guelfi merece un verdadero reconocimiento. Estoico, recio, varonil y verdaderamente maduro este Amonasro. En paralelo con el resto de elenco Guelfi está a la altura de todo el elenco. Impecable en el duo con Aida en el tercer acto. Hubiera sido intersante ahondar en diversos aspectos y recursos en la gran escena del regreso triunfal de los guerreros del segundo acto cuando Aida lo reconoce como su padre, sobre todo porque cada palabra del canto de Amonasro es de una profunda valentía, virilidad, amor y patriotismo "Suo padre. Anch'io pugnai, vinti noi fummo, morte invan cercai. " y por sobre todo en el gran descenlace " se l'amor della patria è delitto siam rei tutti, siam pronti a morir! Ma tu, re, tu signore possente, a costoro ti volgi clemente. Oggi noi siam percossi dal fato, adversos, ah! doman voi potria il fato colpir. " (¡Si el amor a la patria es delito todos somos culpables, estamos dispuestos a morir! Pero tú, rey, tú señor poderoso,ten compasión de estos hombres;hoy los hados nos han sido ¡ah!, pero mañanapodrían serlo para vosotros.). Correcto y equilibrado en un Amonasro estoico y maduro.

Ramfis, bella voz del bajo Roberto Scandiuzzi. La voz italiana pone su peso y sellos en la Gran Opera Iitaliana y tiene su representación esta vez en el bajo Scandiuzzi natural de la ciudad de Treviso. Sin fisuras y con todos los matices, me dió mucho gusto y placer encontrar en su canto el sonido exacto de cada palabra pronunciada en estilo. Profunda emoción causa a quien gusta del arte italiano escuchar la "lingua" al mejor estilo, entonces cada frase tiene de por sí una justificada emoción "Nume, custode e vindice di questa sacra terra, la mano tua distendi sovra l'egizio suol. " Un merecido bravo a Carlo Guelfi, la verdader voz italiana de esta representación.

El Rey, Stefan Kocán respetuosa, seria y sin fisuras la actuación del bajo Kocán que se pone a la altura de cada uno de sus colegas para llevar a buen puerto esta Aida que disfrutamos plenamente el sábado pasado en directo desde el Metropolitan de Nueva York.

Una mención merece la perfomance del mensajero, no señalado en el programa de mano del Auditorio Nacional, en la breve actuación de la gran escena del acto segundo. Buena voz pero de pésima y audible mala dicción italiana en cada frase. Si bien se trata de un pasaje breve, su actuación es de fundamental importancia en la escena.

Excelente perfomance del elenco de bailarines del Metropolitan, debe destarse este punto puesto que mucha veces las escenas de baile en las operas no siempre estan a la altura de la obra en general. Esta vez y una vez más el cuerpo del baile del Met ofrece una revalorizada coreografía y destacados bailarines solistas.

Maravillosa la puesta de Aida de Giuseppe Verdi en el Metropolitan. La gran Opera se pone de pie y deja su huella y el público aplude fervoroso esta vez para un merecido Bravo! y una estirpe italiana absolutamente reivindicada desde la última obra (Tosca) del pasado 10 de octubre.

FICHA TECNICA:

Dirección Musical, Daniel Gatti

Producción, Sonja Frisell

Escenografía, Gianni Quaranta

Diseño de vestuario, Dada Saligeri


Aida, Violeta Urmana - Soprano

Amneris, Dolora Zajick - Mezzo-Soprano

Radamés, Johan Botha - Tenor

Amonsro, Carlo Guelfi - Baritono

Ramfis, Roberto Scandiuzzi - Bajo

El Rey, Stefan Kocán - Bajo


Opera en cuatro actos

Giuseppe Verdi (Bussetto 1813 - Milán 1901) recibió del Jedive de Egipto, Ismail Pachá, el encargo de componer una ópera, de ambiente egipcio, para que su estreno coincidiera con los fastos de la inauguración del Canal de Suéz. Sin embargo, la apertura del Canal tuvo lugar el 17 de noviembre de 1869 y la ópera no estaba aún terminada por lo que tuvo que representarse "Rigoletto" (1851) del propio Verdi.
"Aida" fue estrenada, sin la presencia de su autor, en el Teatro de la Ópera del Cairo, un año mas tarde, el 24 de diciembre de 1871. La representación fue grandiosa, como detalle citaremos que la corona que ceñía Amneris era de oro macizo y las armas de Radamés de plata. Fueron sus protagonistas Antonietta Pozzoni (Aida), Pietro Mongini (Radamés), Eleonora Grossi (Amneris), Francesco Steller (Amonastro), el foso estaba dirigido por Giovanni Bottesini.
Dos meses mas tarde se estrenó, con la presencia de su autor, en el Teatro de la Scala de Milán, el 8 de febrero de 1872. El papel de Aida fue cantado por Teresa Stolz (1834 - 1902) que tanta influencia tendría a lo largo de la vida de Verdi. Constituyó un éxito clamoroso y el maestro tuvo que salir a saludar 32 veces. En esta versión de la Scala, que ha quedado como definitiva, Verdi le añadió la famosa aria para soprano "O patria mia".
Los autores del libreto fueron Antonio Ghislanzoni y Camille du Locle, en estrecha colaboración con el propio Verdi. Se basa en el drama homónimo de Auguste Mariette Bey, insigne egiptólogo. El libreto, en italiano, está dividido en cuatro actos y tiene una duración de 2 horas y media.


Texto completo del libreto de Aide de Giuseppe Verdi





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